LA OVEJA QUE SE ENAMORO DEL LEÓN

Recuerdas el día que nos conocimos, recuerdas como sucedió. Tras el resplandor de tus lentes no pude ver tus ojos, los ojos del traidor, el brillo me segó. Te seguí a siegas, como perro a su amo, como presa tontamente al cazador se entrego.

Muchas cosas han pasado, es que todo ya cambio y los días me llevaron en su arrullo encantador, yo no puse oposición. Me sumergí en mis sueños, me enamore de la imaginación, le saque jugo a lo que conozco y me olvide de lo que ya paso.

La que era niña, en mujer se convirtió. La que no sonreía, la felicidad la abrazo.

Ya no quiero aquellos días, ya no quiero tu amor. Te deseo lo que yo no te di, te deseo lo mejor. Que eres feliz he escuchado, que seas feliz es lo mejor, por aquellos días entregados a mi adorado viejo amor.